BSO: Dark Shadows de Danny Elfman


Danny Elfman y Tim Burton vuelven a unirse en esta comedia terrorífica, Dark Shadows, adaptación cinematográfica de la serie homónima de 1966.  La película narra la historia de un vampiro, Barnabas Collins, que tras permanecer oculto 200 años, regresa en 1972 a su antigua mansión. Allí deberá convivir con sus descendientes y su desestructurada familia, además de lidiar con la despechada y atractiva bruja, culpable de su condición de vampiro. Con este panorama, Elfman crea una partitura sombría y llena de misterio que se apoya en el score de la serie original, compuesto por Robert Cobert, y que, a día de hoy, sigue siendo una de las bandas sonoras para televisión más vendidas.


El primer elemento que podemos percibir en esta banda sonora es la dualidad. En la película confrontan dos mundos totalmente distintos: El dieciochesco y cortesano entorno de Barnabas, el vampiro, y los estridentes y coloridos años setenta. La música debe enfrentar este contraste y la solución es disponer dos orquestas. Una orquesta tradicional de cuerdas, maderas y metales que reciben gran parte del peso de la partitura y en donde serán muy comunes las disonancias y estridencias con el fin de recrear tensiones. Por otro lado, los sonidos electrónicos de sintetizadores y el Tannerin, que se hizo muy popular en los 60 y 70 al usarse en bandas sonoras de series de ciencia ficción o terror (incluida la serie original de Dark Shadows). Finalmente, este instrumento y su sonoridad, se terminó por asociar a estas series de extraterrestres y fantasmas. En conclusión, lo que nos encontraremos serán amplias orquestas de sonoridades densas sobre las que interferirán la electrónica dando un color bastante interesante y peculiar. 

Otra cualidad que podemos percibir en la BSO es el minimalismo. Podemos decir que toda la partitura está construida sobre tres motivos, muy sencillos y escuetos, que se van apareciendo con variaciones, superpuestos o incompletos. Esos tres motivos que he catalogado son los siguientes: 


El Tema Principal es un tema muy enérgico interpretado por los metales y con un toque amenazador. En ocasiones, aparece con el motivo, que hemos denominado "de acción" como acompañamiento ostinato, pero en algunos tracks, este conforma su propio tema  para aquellas escenas de máxima tensión y confrontación. El Tema Misterioso, es quizás el segundo tema en importancia, aparece en varias ocasiones y con distintas variaciones y es la que da el toque sombrío a toda la partitura. Su melodía se asemeja al estilo de Robert Cobert para el score de la serie original. Os traigo ahora el opening Dark Shadows de 1966 donde se usa el ya mencionado tannerin y que, con el fin de rememorar el carácter original , también aparecerá en la banda sonora de la película de Burton.


#2. Resurrection


Una cuerda al aire inicia el track mientras el resto de la sección de cuerdas juega con las disonancias en un motivo sinuoso. No existen melodías reconocibles en esta primera pista, todo se basa en disonancias y en algunos sonidos electrónicos y percutidos que creará una masa armónica inestable. Este inicio caótico se mantendrá durante largo tiempo hasta que los trombones introduzcan con gran dureza el que hemos llamado el motivo misterioso. Será un coro de voces blancas quienes efectúen la repetición del tema sobre esa continua masa armónica deforme y ambigua. La flauta, en un registro más grave, también interpretará este motivo.

#4. Deadly Handsnake


Los platillos dan la entrada a un sinuoso motivo atormentado tocado por los violines. El motivo principal aparece en los xilófonos tocándose a distintas alturas. No llega a materializarse, es etéreo y con la única armonía de las cuerdas chillando en un plano posterior. La atmósfera tenue y misteriosa se mantendrá durante toda la pista hasta que en los últimos segundos irrumpan las cuerdas con un glissando descendente y estridente que darán el toque terrorífico final.

#5. Shadows


Con pura electrónica comienza una de las pistas más emocionantes de la banda sonora. Aquí se conjugan las dos dualidades de las que hablábamos. Por un lado, sonidos electrónicos producto de sintetizadores y el tannerin y por otro, la orquesta que proporciona la fuerza y densidad necesarias. Aquí se interpreta el motivo principal del film acompañado de un ostinato, que más tarde, aparecerá por separado como el tema de las secuencias de acción. Los metales interpretan ese motivo central mientras son las cuerdas quienes ejecutan el acompañamiento recurrente formado por cuatro notas. El tannerin hará breves apariciones junto con el resto de elementos electrónicos perturbando la actuación de la orquesta. La sonoridad y la mezcla de estilos en esta pista son muy interesantes y de lo mejor de toda la banda sonora.

#8. Vicki's Nightmare


En Vicki's Nightmare, la melodía se va alternando entre un metalófono y la sección de cuerda. Este track se basa en el tema central de la película pero dotándolo de un carácter mas amable. Es aquí donde por primera vez se separa de su acompañamiento ostinato y genera por sí mismo un tema, el que hemos llamado motivo de la acción y que aparecerá en aquellos momentos de mayor tensión y dinamismo. El carácter de la pista es tranquilo y comienza casi como una canción de cuna, pero la pesadilla perturbará los últimos compases. 

#9. Hypno Music


Hypno Music es el track más corto de todo el score, pero donde mejor impreso está el estilo setentero que Danny Elfman emplea para este film. Los sintetizadores dominan esta pista, y entre ellos, dos instrumentos destacan y se fusionan para crear una atmósfera psicodélica: el conocido tannerin que, con un vibrato constante, crea ese aura perturbadora; y el metalófono, que reproduce el tema de la acción pero que, con esta nueva sonoridad, tiene una nueva personalidad, podríamos decir, hipnótica. El tema principal se enuncia antes de concluir la música.

#15. The Angry Mob


Como casi en la mayoría de las pistas, la cuerda es protagonista desde las regiones graves creando ese aura de misterio. A partir de aquí se desarrolla una melodía con la que interactúan los metales y un coro de voces blancas. La segunda parte de la pista entra en juego la percusión mientras las cuerdas empiezan a ejecutar el tema de la acción. Desde la lejanía, la trompa toca el motivo misterioso y a partir de ahí, comienza un desarrollo de éste.  El resto de la pista se continuará con las cuerdas y las recurrentes disonancias. A esto habrá que añadir la campana, que se convierte en instrumento ceremonial y representación del terror.

Elfman nos sorprende con esa fusión de estilos de la que hemos hablado, pero en mi opinión, escasa. A pesar de que pretenda unirlos y complementarlos, como muy bien hace en "Shadows", luego es difícil encontrar esa simbiosis en otras pistas o aplicadas a otras melodías con la misma efectividad. Al final, este juego de estilos se vuelve algo más anecdótico que primordial. Pero no obstante, se valora el respeto que Elfman ha proferido al score original de Robert Cobert.

El tema principal tiene mucha fuerza, es memorable y totalmente necesario teniendo en cuenta que, como suele ser costumbres en los films de terror, las BSO son antimelódicas. Este tema principal, potente encaja muy bien con el dramatismo del film y con las ambientaciones dieciochescas. En general, una banda sonora aceptable, que cumple muy bien su cometido y que regala algunos momentos muy interesantes.

6'5/10

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