Ciclo de Tonalidades: Do# Mayor / Reb Mayor


Continuamos nuestro ciclo de tonalidades embarcándonos en la compleja Do sostenido Mayor. Esta tonalidad ha tenido poca repercusión debido a su escaso uso, provocado por su número elevado de alteraciones en la armadura: siete en total. Por esta razón, los grandes compositores se sentían más cómodos empleando su enarmónico: Re bemol Mayor, que sólo dispone de 5 bemoles. Recordemos que dos tonalidades son enarmónicas si se entonan de la misma forma, a pesar de que sus sonidos se escriban o llamen de forma diferente. 

Las tonalidades complejas con números muy altos de alteraciones siempre son engorrosas para la lectura del intérprete y muy poco cómodas para la ejecución de los instrumentos,  a excepción de los de teclado, que pueden tocar, de forma bastante competente, casi cualquier tonalidad. Por esa razón, la música en Do# Mayor no es muy prolífica y prácticamente impensable para pequeñas o grandes agrupaciones orquestales. Existiendo una alternativa enarmónica más sencilla, parece lógico que los compositores decidieran volverse sobre Reb Mayor para olvidarse de su gemelo. En cambio Bach, para sus dos Clave Bien Temperado, decidió tomar el Do# Mayor como protagonista del Preludio y Fuga nº3 y demostrar así que el nuevo sistema de afinación podía abarcar cualquier tonalidad sin problemas.

Preludio y Fuga nº 2 en Do# Mayor. Clave Bien Temperado II - J. S. Bach



No obstante, Reb Mayor sigue siendo una tonalidad con un número alto de alteraciones y, aunque algo más cómoda que su homóloga, no gozó de fama durante el Barroco o el Clasicismo.  No sería hasta el Romanticismo del XIX, que empezará a ganar peso apoyado en la música para piano y protagonizando algunas de las obras estelares en este sentido, como el Preludio nº15 de Chopin "Gota de lluvia", su mismo Vals nº1 Op.64 o el archiconocido "Claro de Luna" de la Suite Bergamasque de Debussy.

Suite Bergamasque  (mvt. III - Claro de luna) - C. Debussy



Sobre la personalización de estas tonalidades, Christian Shubart atacó la tonalidad, quizás para justificar su escasa aparición en la historia de la música. De Reb Mayor dijo: "lasciva, degenerando en el dolor y el éxtasis. No provoca risas, pero sí sonrisa, no puede aullar, pero puede hacer muecas de llanto. En consecuencia sólo los sentimiento inusuales pueden ser expresados en esta tonalidad". El musicólogo francés Albert Lavignac también analizó las tonalidades como entes con personalidad caracterizando a Reb Mayor de "encantadora, plácida y suave".

Los compositores también comentaron sobre la tonalidad. Berlioz dijo que Reb Mayor era una tonalidad "majestuosa" y Rachmaninov que era la más "romántica" de todas. Sobre esto último, encontramos dos preciosas melodías que, aunque constituyen temas internos de obras mayores, han adquirido gran popularidad  precisamente por su carácter emotivo, majestuoso y romántico. Son la Variación nº18 de la "Rapsodia sobre un Tema de Paganini" del propio Rachamninov  y el Tema del amor de la obertura "Romeo y Julieta" de Tchaikovsky. Aunque la razón que llevó a Tchaikovsky a usar esta tonalidad como representación del amor es su cifrado (Des), que coincide con las tres primeras letras del nombre de Désirée Artôt, soprano de la que por aquel entonces estaba enamorado.  

Romeo y Julieta, Obertura-Fantasía (Tema del amor) - P. I. Tchaikovsky


Reb Mayor alcanzó en el Romanticismo cierta proyección orquestal, aunque sí que es cierto que no protagonizó ninguna sinfonía memorable; habría que esperar hasta el postromanticismo para ello. Pero sí que es verdad que adquirió fama como tonalidad para movimientos lentos melancólicos y esperanzadores. Tres grandes ejemplos atestiguan esto como son el Adagio finale de la Novena de Mahler, el Lento de la Sinfonía nº9 del "Nuevo Mundo" de Dvořák o el Adagio de la Sinfonía nº8 de Bruckner.

Sinfonía nº8 en  Do menor (mvt III - Adagio) - A. Bruckner 


Las primera sinfonías destacadas construidas sobre Reb Mayor llegarían con el siglo XX. Aunque sin ser muy abundantes ni conocidas, podemos mencionar la Sinfonía nº3 "Canción bajo las estrellas" del sueco Ture Rangström o la Sinfonía nº25 del ruso Nikolai Myaskovsky.

Pero sin duda, la obra más trascendente que el siglo XX ha dejado en la tonalidad de Reb Mayor es el Concierto para Piano nº1 de Sergei Prokofiev, estrenado en 1912. Esta obra en un sólo movimiento y dedicado a su mentor, Nikolai Tcherepnin, le valió para ganar el prestigioso premio de composición Anton Rubinstein. Con esta obra terminamos nuestro repaso.

Concierto para Piano nº1 en Reb Mayor - S. Prokofiev




Comentarios

  1. La próxima tonalidad, do sostenido menor fue utilizada por Bach y Beethoven para sus obras más profundas.

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  2. Olvidan el preludio y fuga op. 87 no. 15 de Shostakovich. El preludio usa el Re bemol de forma relativamente convencional; la fuga, en cambio, es una broma cromática que usa de pretexto el Re bemol mayor para hacer una fuga atonal, casi dodecafónica.

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